Cada 21 de marzo (y 22 de septiembre para el equinoccio de otoño), durante unas cinco horas, se produce un juego de luces y sombras en las escaleras de la gran pirámide de la ciudad de Chichén Itzá.
Desde la explanada, parece que una serpiente de oro baja lenta y sinuosamente las escaleras de la pirámide hasta llegar al piso.
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